Texto: Jaime Ait - Fotos: Jaime Ait – Iris García
Cinco años han pasado desde la última vez que vi a los fineses en concierto. En aquella ocasión venían acompañando a Helloween cuando estaban presentando su disco 'Seven Sinners', y Timo Kotipelto pasaba por una afonía que le había hecho cancelar el show en Madrid y en Barcelona casi todo el set list lo cantó el público.

El tráfico de Barcelona y el poco espacio de aparcamiento me hicieron llegar con el primer concierto, el de Divine Ascension, en su recta final. Apenas 3 canciones enteras pude disfrutar de los australianos que presentaban su segundo disco, ‘Liberator’. Lo que vi me dejó buen sabor de boca y me anima a seguirlos. Su cantante, Jennifer Borg, tiene madera de frontman y supo ir calentando motores a una Razzmatazz 2 aún a mitad de capacidad.




Son temas que todos celebramos ya que pertenecen a la época dorada del grupo. Sin embargo, he de decir que no sé muy bien el motivo, pero Timo Kotipelto no estuvo afinado en ellos, no llegando a algunas notas. De todos modos sirvieron para que el público asistente, ya abarrotando la sala, las cantara con ganas.
Con ‘Lost without a trace’ desgranaron otro tema de ‘Eternal’ y aquí ya se le debió templar la voz porque, a parte de resultar un temazo, encarriló ya el resto del concierto, dando paso a ‘Phoenix’, que la bordó. Lauri Porra nos sorprendió a todos los asistentes con un solo de bajo que derivó en el himno ‘Els Segadors’ que fue ampliamente coreado por la sala.
‘Paradise’ es uno de mis temas favoritos y lo bordaron. Muchos dirán que se echa de menos a Tolkki, pero Matias está demostrando ser un enorme guitarrista que aún nos va a sorprender mucho. Con ‘The lost saga’ volvieron a Eternal, atreviéndose a desgranar un tema de casi 12 minutos de duración que resultó una maravilla en directo. A continuación ‘Unbreakable’ fue la única representante del álbum ‘Nemesis’ para dar paso a Jens Johansson y su delirio al teclado, dejando claro que es un elemento indispensable en el sonido de los fineses y enlazándolo con la apoteósica y esperada ‘Black Diamond’.
Tras esto nos quedaban los bises, que comenzaron con ‘Forever’ de ‘Episode’, un tema que casi siempre canta el público, todo un himno en forma de balada acústica. Con ‘Shine in the dark’ volvían al último disco y la despedida con ‘Hunting high and low’ poniendo patas arriba a Razzmatazz, picándonos a ver si éramos más ruidosos que Bilbao o Madrid a la hora de corear el estribillo.
Una gran noche de metal en Razzmatazz 2, con tres grupos de gran calidad. Destaco la sorpresa de Gloryhammer y la vuelta esplendorosa de Stratovarius a sus mejores momentos.
Aquí tenéis unas cuantas fotografías más del evento:
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